Cómo contornear: Domina el maquillaje de contorno
El contouring es un método de esculpir el rostro que consiste en utilizar un maquillaje sutilmente más claro o más oscuro que el tono natural de la piel para definir y estructurar el rostro.
El contorneado consiste en producir la ilusión de luces y sombras, a diferencia del uso del corrector y la base de maquillaje habituales, que normalmente tienen que coincidir exactamente con la tez.

¿Qué se necesitas para el contorneado?
No es necesario utilizar un kit de contorno concreto. Puedes contornear con dos tonos de base o corrector, bronceador, sombra de ojos, iluminador o incluso polvos para cejas.
Sólo tienes que asegurarte de que todos tus productos de maquillaje tienen una textura similar. Además, asegúrate de que tienes las brochas de maquillaje adecuadas. Así evitarás que el maquillaje se apelmace al mezclar polvos con cremas y productos líquidos.
Guía paso a paso para el contorneado
El contorneado debe realzar la estructura natural del rostro. Esta varía de una persona a otra en función de la estructura ósea y la forma del rostro.
1. Prepara tu rostro
Empieza por lo básico, como siempre: Para evitar que el maquillaje se apelmace alrededor de cualquier línea dura o piel seca, lávate la cara y utiliza una crema hidratante. No es necesario que utilices una imprimación, pero si quieres un look de maquillaje más complejo, es mejor que lo hagas.
La imprimación actúa como una barrera entre el cuidado de la piel y los cosméticos, permitiendo que trabajen juntos de forma más efectiva y duradera. Oculta cualquier mancha o pliegue con un poco de base y/o corrector. Estos productos tienen que ser del mismo tono que tu piel.
2. Sombra
Utilizar tu tono más oscuro para producir una sombra debajo de tus pómulos es el enfoque más sencillo y básico para el contorno. Trata de aspirar tus mejillas y de seguir el polvo a lo largo de los huecos de las mejillas, siguiendo la curva natural de la línea de la mandíbula y las sienes.
Esto revelará tus pómulos. Puedes aplicar la sombra en una de las tres zonas en función de la forma de tu rostro. Otros lugares donde deberías aplicarla son los lados de la nariz, debajo de los pómulos. También funciona en la línea de la mandíbula y para enmarcar las mejillas y las sienes. Explora diferentes líneas y sombras para estructurar tu rostro hasta que descubras un look que te convenga.
3. Resaltar
Utiliza un tono más claro o un iluminador para las partes de tu rostro que reflejan la luz de forma natural. Estas son la punta de la nariz, el área alrededor de los ojos, la parte superior de los pómulos y el arco de cupido. Utiliza un iluminador, un resaltador o una sombra de ojos que sea algo más clara que tu tez.
4. Colorete
Aunque el colorete en las mejillas no es realmente necesario para conseguir un aspecto contorneado, puede realzar el maquillaje. También puede hacerlo más natural al actuar como transición entre las zonas de luces y sombras.
5. Difuminar
El difuminado es especialmente importante cuando se trabaja con colores que no coinciden con el tono de la piel. Difumina las luces y las sombras en tu piel o en la capa de base con un pincel para difuminar, una brocha ancha y esponjosa o una esponja de maquillaje Beautyblender hasta que las líneas que has hecho parezcan más naturales.
6. Fija
Aplica el spray o los polvos de fijación para conseguir un acabado impecable.
